viernes, 2 de noviembre de 2012

El Homo Sapiens es adicto a la tragedia

El Homo Sapiens se caracteriza por racionalizarlo todo desde lo emocional. A los fenómenos naturales que acontecen no los deja simplemente ser, tiene que darles una explicación, y ésta es exaltada, y generalmente imaginaria, subjetiva. El HOMO intenta ser objetivo, y entonces controla su fantasía y trata de describir el fenómeno sin implicarse, pero al final termina siempre en un arrebato de culpa y misticismo; en una conmoción y arrebato completamente injustificados.

Por eso necesita de la idea de Dios, porque lo que sucede fuera de él y fuera de su control necesita atribuírselo a alguien con quién supuestamente tiene un vínculo pasional, a quién le importan hasta sus pensamientos más íntimos y ocultos, que se cerciora de todo lo relativo a él.

A las inundaciones, y a las catástrofes las califica de "castigos divinos". Dios castiga al Homo por su mal comportamiento, o porque no lo ha servido y adulado lo suficiente.

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